En 2004 la selección argentina de básquet conseguía el oro en los Juegos Olímpicos y en 2002 el segundo puesto en el mundial de Estados Unidos, en ese momento era un grupo de jugadores casi desconocidos que empujados por la ambición de gloria y de llevar al país a lo más alto en el deporte hicieron que su sueño se hiciera realidad.

          Hoy, esa ambición de gloria se mantiene, cambiaron algunos jugadores pero se mantiene la «estirpe». Pero, hay una paradoja que esos logros llevaron a que algunos jugadores accedan a la elite del básquet mundial, la NBA y eso produjo que Andrés Nocioni y Emanuel Ginóbili no puedan estar presente en este mundial y les cueste mucho poder jugar en la selección.

         No caben dudas de que estos dos jugadores se mueren de ganas de vestir la celeste y blanca en el mundial de Turquía que comenzará este sábado y las lágrimas del «Chapu» Nocioni diciendo que Philadelphia no lo deja participar por una lesión y los comentarios de «Manu» en Twitter que sufría en los amistosos como si estuviera en el banco o en la cancha con ellos y no puede porque es figura de San Antonio.

        Esos pequeños gigantes que eran en 2002 y 2004 que se conformaban con ser figuras en algunos equipos de Europa y estrellas en la Liga Nacional, hoy crecieron demasiado y son figuras en la NBA y como esa asociación pesa más que la federación internacional, habrá dos gigantes que no van poder tratar de llevar a Argentina a lo más alto del podio en el mundial.